Partiendo del antiguo Palacio de Fomento, hoy sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, situado en el Paseo de Infanta Isabel número 1, encontramos un espectacular edificio que data del siglo XIX y en su azotea el grupo escultórico de gran tamaño de Agustín Querol «La Gloria y Los Pegasos», realizado en mármol de Carrara y colocado en 1905, reemplazado por una réplica en bronce de Juan de Ávalos en el siglo XX. Explicaremos el origen de la estación de Atocha y su diseño.

A poca distancia llegaremos hasta la conocida cuesta de Moyano, uno de los personajes más importantes de la España del siglo XIX destacando por su actividad política y por la Ley de Educación de 1857 que lleva su nombre. En Madrid se le dio homenaje asignándole el nombre de una calle: la cuesta de Moyano. Es uno de los lugares de más solera de Madrid, salpicado de puestos permanentes, que conservan su típica estructura original, y donde se venden libros antiguos y de ocasión y también novedades.   

Subiremos por la calle de Atocha, en el número 87 encontramos la Sociedad Cervantina, un espacio cultural que ocupa el mismo lugar donde estuvo la imprenta más importante del siglo XVI y XVII, y donde se imprimió por primera vez El Quijote en 1605. Nos adentraremos en el Barrio de las Letras o de “las Musas”, como se conocía antiguamente, escenario de la vida de grandes genios literarios de nuestro Siglo de Oro como Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Tirso de Molina o Quevedo. Llegaremos hasta el Convento de las Trinitarias Descalzas, donde se conservan los restos de Miguel de Cervantes. A pocos metros de allí está la Casa-Museo de Lope de Vega, escritor de enorme éxito. 

Nuestra visita termina en la bulliciosa Plaza de Santa Ana cuyo origen data de 1810, en ella está el Teatro El Español y el Hotel Reina Victoria (conocido también como el Hotel de los Toreros), en cuya terraza The Roof, en la azotea, se pueden disfrutar de unas vistas espectaculares. También en esta plaza encontramos las esculturas de dramaturgos como Pedro Calderón de la Barca y Federico García Lorca. Es una plaza de gran encanto, llamada con diferentes nombres y que en la actualidad es un concurrido y animado lugar salpicado de numerosas terrazas de tapeo. Desde  aquí nos dirigimos a la cercana Plaza de Tirso de Molina donde comeremos en el 5 de Tirso, un bonito restaurante con salón con cueva abovedada (no incluido en el precio de la visita), que merece la pena visitar.